Cuando nos hablaron de este proyecto, pensé, al igual que algunos de mis compañeros, de qué manera una cámara de cartón podría sacar fotografías. La verdad sonaba un tanto absurdo.
Tome la iniciativa con entusiasmo, pues me gustó imaginar que yo
crearía mi propia cámara, con mis manos y tomaría mis primeras fotografías. Estoy acá para aprender de lo que mas me llena, y me gusta.
Fue una larga semana el proceso de creación de la cámara, hacer calzar el marco que debíamos hacer con la caja, hacer un agujero que no fuera muy grande, que todo esté negro dentro de la caja y bien sellado para que la luz no entre. Todo preciso y milimétrico como leí alguna vez “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”.
A la semana siguiente y una vez terminada la cámara, ya tenia que ponerla a trabajar. Desafortunadamente el sol, a esa hora de la tarde, ya se estaba escondiendo, por lo que debí dejar más segundos la cámara en el lugar a fotografiar.
Al sacar mi primera foto, hice también mi primer proceso de revelado. Siguiendo todos los pasos para ello. Mas al mirarla, me di cuenta que faltó más tiempo de exposición. Asi es que, en la segunda foto, debí ponerla un poco mas de tiempo para que estuviera con la cantidad de luz necesaria. Esta si vez obtuve un buen resultado al darle la cantidad de exposición justa. Con la práctica uno se va dando cuenta de cuanto tiempo se necesita para obtener una buena toma.
Cada vez que sacaba una foto e iba a revelar, sobre todo en el primer intento aunque haya sido algo fallido, sentí una gran emoción al ver que todo el trabajo lo estaba haciendo yo, al ver que esa foto, que estaba saliendo conforme el revelador inunda el papel y el tiempo pasaba, era mía.
Fue una experiencia maravillosa, logré 8 fotografías y presenté 5.
La cámara estenopeica me hizo reafirmar mi pasión. La paciencia que tuve para confeccionar la misma e intentar una y otra vez para lograr buenas fotos hizo darme cuenta de lo importante que es la fotografía para mí. Hacer algo que me gusta, aunque sea difícil en un comienzo y tal vez frustrante, me llena de satisfacción.
Con perseverancia y amor por lo que quiero hacer en la vida es que me he encantado mas con la fotografía.
El resultado de las fotos estenopeicas es más de lo que esperaba, es más que una buena foto, es más que una cámara de carton, es el resultado de un proceso que terminó en un buen trabajo, en una gratificante experiencia.
Constanza Arévalo Langenbach.
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